A menos de 70 kilómetros de Yecla en línea recta se encuentra uno de los principales problemas de nuestro municipio, pero que poco preocupa a los yeclanos por su desconocimiento. Estos días, la televisión se inunda con imágenes de Japón y de la crisis nuclear de Fukushima a causa del terremoto y posterior maremoto que asoló el país, pero ¿sabemos que la central nuclear de Cofrentes ha sufrido 102 sucesos de seguridad desde 2001 según el Consejo de Seguridad Nuclear? Además, dos de estos sucesos han sido de Nivel 1 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES) y la central ha sufrido más de 25 paradas no programadas.
Ante los múltiples problemas de seguridad de esta central, la Plataforma Tanquem Cofrents y Greenpeace pidieron al Gobierno que no renovara su premiso de explotación, que vencía el 20 de marzo, pero nadie les hizo caso. El 10 de marzo, víspera del fuerte terremoto que ha dejado fuera de control la central japonesa de Fukushima, el Gobierno renovó la licencia de la planta de Cofrentes , que seguirá funcionando hasta 2021.
Los informes elaborados por esta plataforma con el objetivo de cerrar la obsoleta central nuclear de Cofrentes se elaboraron a partir de documentos del Consejo de Seguridad Nuclear, Red Eléctrica Española y del Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Pontifica de Comillas. Además de los fallos de seguridad anteriormente mencionados, se revela que la central ha tenido que declarar desde 2007 seis prealertas de emergencia por motivos técnicos, cinco de ellas en los últimos tres años y causadas por el fallo reiterado de las válvulas de alivio y de seguridad del circuito primario, por donde circula agua a presión altamente radiactiva.
Las organizaciones consideran especialmente grave que los trabajadores de la central nuclear de Cofrentes reciben dosis radiactivas anormalmente altas en los procesos de recarga del combustible nuclear. En el caso del personal de contrata es entre un 136% y un 212% superior a las de las demás centrales, y en los trabajadores de plantilla y de contrata suponen entre un 143% y un 218% superior. Esta anómala situación ha sido expuesta en los informes del CSN ante el Congreso de los Diputados y el Senado. Estas dosis colectivas llegan a ser en Cofrentes de 2.500 miliSievert-persona, el triple de las que se suelen producir en otras centrales nucleares.
Funcionamiento inestable
Greenpeace y la plataforma Tanquem Cofrents recuerdan que la central también ha tenido en estos años un funcionamiento poco estable, como reflejan las numerosas bajadas de potencia imprevistas y el cúmulo de paradas no programadas, lo que demuestra un mal funcionamiento de diversos componentes y equipos, relacionado con el agotamiento de su vida útil. Así, por ejemplo, desde el 1 de enero de 2010 hasta el 7 de marzo de 2011, han tenido lugar 15 bajadas de potencia, nueve de ellas del orden del 50% de la potencia o superior.
En sus ahora 27 años de vida, la central ha padecido una larga serie de fallos y problemas de seguridad sin resolver que evidencian, por un lado, el envejecimiento y el agotamiento de la vida útil de la planta nuclear de Cofrentes y, por otro, la pérdida de cultura de seguridad. En suma, demuestran que existe un riesgo cada vez más alto de que se produzca un accidente nuclear en esta central.
Además, como es inherente a todas las centrales nucleares, Cofrentes causa un serio impacto medioambiental y en la salud pública; a través del vertido rutinario de efluentes gaseosos y líquidos que contamina con radiactividad el aire y el agua del río Júcar.
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