La factura de la luz
ha crecido más de un 70% en seis años. Las familias españolas tienen cada vez
más dificultades para calentar e iluminar sus viviendas y las muertes por esta
causa superan con creces a las producidas en carretera. Sin embargo, el
Gobierno da la espalda y se esperan más subidas para 2014
Hace unos días, saltó la alarma: la luz iba a subir un 11% en enero. El
Gobierno, con su ministro de Industria a la cabeza, negó la mayor, suspendió la
subasta eléctrica y criticó la manipulación y falta de transparencia de las
empresas eléctricas. Unos días más tarde, el Ejecutivo decretó una subida del
2,3%. Y la ciudadanía ya no se quejó, es más, hasta vio con buenos ojos el buen
hacer del ministro Soria. El tarifazo anunciado por las eléctricas ya no era
tal.
Sin embargo, la luz sube este mes como ya lo hizo en torno a un 10% durante
2013. El usuario, que antes de julio pagaba 60 euros mensuales, ahora paga unos
72 euros más al año y un 70% más que hace seis años.
Y lo peor es que parece que estos incrementos todavía no han tocado techo. Para
2014 se planean más subidas aparte de este 2,3% con el que hemos arrancado el
año.
En definitiva, quien en 2003 pagaba unos 10-15 euros mensuales, ahora paga
más de 50. Una subida abismal que está afectando gravemente al bolsillo de las
familias españolas, algo que da lugar a que aumente considerablemente la
pobreza energética.
¿Qué es?
La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) considera
que un hogar está en situación de pobreza energética “cuando es incapaz de
pagar una cantidad de servicios de la energía suficiente para la
satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar
una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su hogar”.
Aunque en España todavía no hay estudios concretos sobre este hecho, se asume
que la pobreza energética ocurre como una combinación de tres factores
definidos a escala de hogar: renta familiar, precios de la energía y eficiencia
energética de la vivienda.
Sergio Tirado, vicepresidente de ACA, afirma que aunque no hay metodología
científica que permita contar con fiabilidad el número de personas que está en
esta grave situación en España, “en 2010 afectaba a más de un 10% de hogares,
es decir, a más de cuatro millones de personas”. La Encuesta sobre Condiciones
de Vida de 2012 demostró que la pobreza energética afecta ya al 17,9% de
hogares. Según Izquierda Plural,
en 2013 llegó a más del 23% de hogares. De hecho, en 2012 más de 1,4 millones de viviendas
sufrieron un corte de luz por impago, el doble que en 2006.
¿Quién la sufre?
Tal y como explica Sergio Tirado, “un hogar se encuentra en situación de
pobreza energética cuando destina más del 10% de sus ingresos anuales a las
facturas de energía”. A su vez, también se mide en relación a la incapacidad de
una familia para mantener su vivienda a una temperatura adecuada. El estudio
que presentó ACA en 2012 recogía datos importantes. “Si medimos por el primer
indicador, comprobamos que Extremadura, las dos Castillas o Aragón son regiones
donde hay más familias en situación de pobreza energética. En cambio, cuando
analizamos el país por la segunda condición, vemos que las comunidades
autónomas del sur y el este son las que tienen más dificultades para mantener
sus viviendas a la temperatura aconsejada”. Es decir, aunque la factura
no suponga el 10% de sus ingresos, pasan frío en invierno.
Más muertes que en la carretera
“La pobreza energética podría estar causando más muertes que los accidentes
de tráfico”. Sergio Tirado no duda al hacer esta afirmación. “Vivir en una casa
que está a menos de 18 grados tiene efectos sobre la salud, especialmente en
niños y ancianos”, reconoce. Además, la pobreza energética está relacionada con
un aumento de las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, algo que
genera un importante pico de mortalidad adicional en invierno y que empieza a
afectar especialmente a los hogares con personas en desempleo. “España tiene
una de las tasas de mortalidad adicional más altas de la UE y de los países
occidentales según los datos del Observatorio Español de la Sostenibilidad. Se
calcula que cada año mueren entre 2.300 y 9.300
personas de forma prematura debido a la pobreza energética”.
Como comparativa, en 2012 hubo 1.304 víctimas mortales en las carreteras
españolas.
Sin estrategia política
El gran problema que señalan desde la Asociación de Ciencias Ambientales es
que España carece de una estrategia clara para reducir esta problemática.
“Existen medidas como el bono social para los consumidores vulnerables o alguna
disposición de eficiencia energética, pero la sensación es que se trata de
soluciones temporales, de carácter paliativo y que no llegan a los hogares
realmente afectados”, añade Tirado.
De hecho, el 17 de diciembre, el grupo parlamentario de Izquierda Plural
presentó un Proyecto de Ley para prevenir la pobreza energética que fue rechazado por la mayoría absoluta
del Partido Popular. En un hemiciclo prácticamente vacío, el
diputado José Flores Lanuza dijo que la prioridad del PP “es garantizar en su
conjunto la sostenibilidad del Estado de Bienestar porque es la mejor forma de
proteger a los más desfavorecidos” y dio carpetazo al proyecto de Izquierda
Plural presentado por la diputada Laia Ortiz. Según aseguró Flores Lanuza, el
Gobierno trabaja en reducir la tasa de pobreza “con medidas estructurales como
la Reforma Laboral, porque no hay mejor manera de luchar contra la exclusión
social que construir un nuevo modelo de relaciones laborales que frene la
destrucción del empleo, asiente las bases para la creación de empleo estable y
de calidad y que favorezca a la competitividad”.
Para Sergio Tirado, vicepresidente de ACA, esto no es suficiente. “Hay que
mejorar la eficiencia energética de las viviendas”. Según el estudio,
adentrarse en esta rehabilitación generaría 17 puestos de trabajo a
tiempo completo durante un año por cada millón de euros
invertido, o lo que es lo mismo, 47 puestos de trabajo por cada mil metros
cuadrados rehabilitados. “En conclusión, la rehabilitación energética de las
viviendas, que sería la única solución a largo plazo, crearía empleo que beneficiaría
especialmente a los trabajadores del sector de la construcción, que han sido
los más afectados por la crisis”, añade.
¿Por qué es tan cara?
Pero sin duda, la gran pregunta que se hacen los ciudadanos es por qué es
tan cara la factura de la luz. Según la Comisión Nacional del Mercado de la
Competencia, la factura eléctrica se reparte entre tres actores. Por un lado,
el coste de la energía consumida que supone apenas el 37% del total de la
factura y que es lo que se regula mediante la subasta eléctrica. Por otro lado,
están los impuestos, que incluyen el IVA y el impuesto especial sobre la
electricidad y que suponen el 21% del total. Por último, y el actor que mayor
partida se lleva, es el de los llamados peajes, donde se pagan costes como el transporte
y distribución de la electricidad o las primas a las energías renovables, que
suponen más de un 41% de la factura.
Además, en la última reforma energética, impulsada en 2013 por el Gobierno,
se favoreció a las grandes compañías eléctricas, frenando el desarrollo de las
renovables y la generación y uso eficientes de la energía. De hecho,penalizaron el autoconsumo y la
autoproducción poniendo un peaje al sol. A su vez, no acaba con
el déficit de la tarifa y beneficia a tecnologías sucias como el gas, el carbón
o la nuclear.
Por el contrario, la Asociación Española de la Industria Eléctrica, que
agrupa a las grandes empresas eléctricas del país, ha obtenido un 23% de
beneficios en el último año. A su vez, cada empresa alcanzó en 2012 el doble de ganancias que las
eléctricas europeas, situándose en un 6,78% de media. Mientras
tanto, el presidente de Iberdrola, Sánchez Galán, se embolsa cada año 6,2 millones de euros,
30 veces más que sus homólogos japoneses y cinco veces más que los alemanes. En
definitiva, las eléctricas cada vez más enriquecidas, así como sus dirigentes.
Y los hogares españoles más pobres y más fríos. Mientras tanto el déficit no ha
parado de subir en la última década y los ciudadanos tendrán que pagarlo con
intereses en los próximos años. Por tanto, la luz no dejará de subir en los
próximos meses y eso que ya pagamos la tercera tarifa eléctrica más cara de
Europa.
Artículo publicado en Fundación Melior: www.melior.is
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