¿Qué ocurrió en España de 1997 a 2008
para que hoy nuestro país sufra la mayor crisis inmobiliaria de su historia?
¿Por qué tanta permisividad por parte de los gobiernos de turno? ¿Qué papel
tuvieron entidades financieras, constructoras o inmobiliarias? Hoy, en
melior.is analizamos los antecedentes de la complicada situación que
actualmente vive el sector inmobiliario
Analizar
en un breve artículo todos los factores que ayudaron a crear la burbuja
inmobiliaria más grande de la historia en nuestro país, resulta complejo. Aun
así, en Melior.is queríamos acercar a nuestros lectores esa problemática que
tanto daño está haciendo a cientos de miles de familias que están perdiendo sus
casas por haber firmado, en los famosos años del boom, hipotecas realmente
impagables.
Viajemos
a 1997. En ese año, empieza a desarrollarse la nueva Ley del Suelo de España, aprobada un año después por el Gobierno de José María Aznar. En
aquel momento, la construcción residencial tenía un peso en el PIB español del
4,7%. En 2007, año de explosión de la burbuja, ese peso se había duplicado,
llegando al 9,3% del PIB. Nunca antes se había urbanizado tanto. En 2006, se
construyeron más de 900.000 viviendas en nuestro país. La media durante los
años del boom fue de 700.000 inmuebles nuevos por año, más que Francia, Alemania e Italia juntas. Entre 1997 y 2006, el precio de la vivienda se había
incrementado un 100% en términos reales. La deuda de las familias, que hasta
2000 no superaba el 70% de los ingresos anuales disponibles, se disparó hasta
el 115% en 2007. La ley del Suelo había ejercido a la perfección su papel, tanto
que, en 2006 había un millón de hectáreas urbanizables más que en 1987, aunque,
si bien es cierto, este no fue el único factor: las facilidades crediticias
fruto de la competencia entre entidades
bancarias desde la liberalización del sector en 1985, el
aumento de la demanda por la fuerte migración –la población en España aumentó en
seis millones en la última década-, la
necesidad de blanquear capital con la entrada del euro –el pago con dinero
opaco afectó al 60% de las compras
inmobiliarias en España- y la creencia en un
crecimiento sostenido, también influyeron.
“Había unos intereses económicos muy poderosos”, explica Víctor Martí,
economista de Attac Madrid. “Las grandes constructoras, las entidades
financieras y los políticos apostaron por este rentable sector, que aportaba
grandes beneficios por muy poca inversión”, añade. Con la nueva ley, los
ayuntamientos encontraron un poder que antes no tenían. “Se liberalizaba
prácticamente todo bajo el lema ‘mientras no sea territorio protegido, todo es
urbanizable’”, indica Martí. Y la corrupción se disparó…
Incumplimiento de la Ley Hipotecaria
Otra de las causas principales que produjo la actual crisis inmobiliaria
fue el incumplimiento sistemático de laLey de Regulación del Mercado Hipotecario. A
pesar del despegue económico que vivía nuestro país, muchas familias seguían
sin poder acceder al crédito por no poder asegurar el retorno del dinero
prestado. Por ello, y con el único objetivo de seguir aprovechándose de tan
pingües beneficios, el Banco de España amplió el plazo de los créditos
hipotecarios para que se pudieran conceder a más de 15 años. Esto supuso que en
2007, el plazo deamortización de una hipoteca se situaba ya en 27 años,
es decir, un 77% de la vida laboral de un trabajador activo. En 1990, el plazo
medio era de doce años, de 17 años en 1995 y de 22 años en 2000.
Pero la locura no vio freno. El 28 de diciembre de 2005, el BBK puso sobre la mesa la
hipoteca a 50 años. Aunque muchos pensaron que se trataba de una
inocentada por el día en que la presentaron, el crédito se consolidó
rápidamente como un atractivo gancho para captar a los jóvenes. Pronto, Caja
Duero y la CAM se sumaron a la iniciativa. Aunque las entidades aseguraban que
esta medida era para facilitar el acceso a los jóvenes al mercado inmobiliario,
no cabe duda de que se llevaban impresionantes beneficios, pues realmente la
cuota mensual se reducía muy poco en comparación con el aumento de años a
pagar, donde los tipos de interés se mantenían.
Pero ¿y todo esto lo permitía la Ley Hipotecaria? Realmente, no, Artículo 5
de dicha ley: “El préstamo o crédito garantizado con esta hipoteca no podrá
exceder del 60 por ciento del valor de tasación del bien hipotecado. Cuando se
financie la construcción, rehabilitación o adquisición de viviendas, el
préstamo o crédito podrá alcanzar el 80 por ciento del valor de tasación”. Es
decir, la propia regulación advierte de que para que una hipoteca sea solvente
no debería conceder más allá del 80% del bien tasado, así como no superar su
montante el total de tres años de salario, que el periodo de devolución no supere
el 33% de la vida laboral de quien recibe el crédito y que el monto mensual a
pagar jamás suponga más del 30% de los ingresos de la familia. Todo se
incumplió sistemáticamente, concediendo miles de hipotecas basura que muy
difícilmente podrían ser devueltas.
El porqué del timo
“Era un mecanismo de estafa encadenado”, asegura Víctor Martí, de Attac. La
recalificación de terrenos era el primer peldaño. Los ayuntamientos se
aseguraban de ‘informar’ a los constructores sobre los terrenos a recalificar a
cambio de interesantes sobornos, como posteriormente se ha demostrado en
múltiples casos de corrupción. Una vez que se adquirían los terrenos como no
urbanizable, éstos se recalificaban y multiplicaban su precio.
Después, entraban en juego las sociedades de tasación,
“que las ponían los propios bancos, aunque ahora parezca que nadie lo sabía”,
añade Martí. La mayor de esas empresas de tasación, Tasamadrid, pertenecía a
Bankia, la entidad que ahora ejecuta el 80% de los desahucios en la Comunidad
de Madrid y un 50% de todos los del territorio nacional. “Las tasaciones fueron
totalmente manipuladas”, asegura Martí, quien manifiesta que tampoco se cumplió
ahí la ley, “pues el Banco de España dice que el valor de tasación es el valor
que se estima de una vivienda durante un periodo prolongado”, por eso es
incomprensible que esas mismas tasaciones hayan caído un 40 o 50% en los
últimos años. “Si en cinco años una vivienda vale la mitad, es que no se tasó
correctamente y, por lo tanto, no se cumplió la ley”, reivindica.
Sin embargo, nadie hizo nada. A nadie le interesó controlar ni regularizar
esta estafa hipotecaria. Ahora, se intentan poner algunas medidas como situar en un máximo de 30 años el periodo
de devolución de un crédito o estudiar la dación en pago que
un millón y medio de firmas, con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca a
la cabeza, solicitó hace unos días en el Congreso. Sin embargo, la realidad es
mucho más dura. Según Víctor Martí, en España, con los datos del censo de 2001,
hay más de tres millones de viviendas vacías. En abril de este año se
presentarán los datos del censo de 2011, “y esa cifra podría elevarse a cinco o
seis millones de viviendas”. Mientras tanto, más de 500.000 familias han perdido
y perderán su vivienda con motivo de esta gran estafa. Este
escalofriante dato se suma a las 150.000 familias que ya perdieron su vivienda
entre 2008 y 2011. El drama no cesa y los afectados no aguantan. A los
múltiples desahucios, se suman ya los suicidios y tragedias tan graves como la mujer que ayer se quemó a lo
bonzo en Almassora (Castellón). ¿Cuándo vamos a poner fin a esta
sangrante estafa?
Publicado en melior.is
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