Los niños y niñas del colegio público San Juan Bautista han tenido que ser reubicados en instalaciones del concertado Virgen de la Soledad. Pero eso de entremezclarse no ha gustado a los padres pijos...
El colegio público San
Juan Bautista de Arganda del Rey (Madrid) está en riesgo de derrumbe desde
2009. Durante los últimos cuatro años, la Consejería de Educación ha hecho caso
omiso a las quejas de profesores, dirección y padres y madres de los niños del
centro. De pronto, este año, sin apenas avisar, ha decidido que hay que tirar
abajo el centro escolar y levantar uno nuevo. Hasta ahí, y aparte de haber
jugado con la vida de esos niños por el peligro de derrumbe, todo medianamente
normal. La historia podría haber quedado en un ejemplo más del abandono al que
somete la Comunidad de Madrid a la Educación Pública y a sus centros.
Sin embargo, se ha rizado el rizo. La
Consejería ha decidido que el medio millar de niños y niñas que tiene que
abandonar el San Juan Bautista sea reubicado en un unos pabellones en desuso
que se encuentran en el colegio concertado SEI (Soluciones Educativas
Integrales) Virgen de la Soledad, también en Arganda del Rey. A las familias
afectadas se le dio dos soluciones: ir a un colegio en Coslada –que fue cerrado
en el mes de julio- o reubicarse en el Virgen de la Soledad. Finalmente, y a
pesar de los inconvenientes, aceptaron esta última opción.
Pero, los padres y madres de los niños
del colegio concertado pusieron el grito en el cielo. ¿Qué es eso de mezclar a
sus hijos con los “pobretones” del colegio público? Seguro que hasta habrá
inmigrantes, imagino que gritarían. Y tanto protestaron que el director del
Virgen de la Soledad envió a todos esta circular en la que decía cosas graves, racistas
y totalmente discriminatorias.
Tras justificar su indefensión ante la
decisión de la Consejería, “sin previo aviso ni negociación”, la cual tuvieron
que acatar, “al ser un centro sostenido parcialmente con fondos públicos, por
lo que no podemos oponernos a dicha decisión”, pide calma a los padres. Y aquí
viene lo tremendo de esta historia, especialmente, si recordamos que los niños
y niñas que llegan al centro tienen entre tres y once años:
“Queremos transmitiros una
tranquilidad absoluta, ya que para que la vida escolar de vuestros hijos no se
vea alterada, hemos exigido las siguientes condiciones que garantizan una
independencia absoluta entre los dos centros que estarán compartiendo
instalaciones: Los horarios de entrada y salida del colegio San Juan Bautista
serán distintos y sus alumnos llegarán al colegio y lo abandonarán en autobús,
de manera que no se producirá acumulación de familias en el entorno del
colegio”.
Y continúa: “No se compartirá ningún
espacio de manera simultánea. Todas las aulas de que van a disponer se
encuentran desocupadas y en un edificio aparte y los patios serán utilizados en
horarios distintos”. Asimismo, “esta situación en ningún caso se prolongará más
allá de junio de 2014 y las instalaciones serán devueltas al centro en sus
condiciones actuales”. Por último, y para compensar a los sufridos padres del
concertado, que verán cómo sus pequeños respiran el mismo aire que los niños de
la pública, “la titularidad del centro ha decidido subvencionar para lo que
resta de este curso, 60 euros de la aportación mensual que los alumnos de
Educación Primaria y ESO vienen realizando”.
Para echarse unas risas, el director
concluye que entre todos convertirán la experiencia “en un gran ejemplo de
convivencia”. Seguro, puesto que los niños y niñas más pudientes no van a tener
ni un segundo de contacto (ni siquiera visual) con los peques del colegio
público.
Financiación pública
Financiación pública
Los últimos datos publicados,
recogidos en la Encuesta de Financiación y Gastos de la Enseñanza Privada,
recogen que los colegios concertados reciben un 58.8% de sus ingresos de la Administración
Pública, mientras que solo el 37,6% llega desde las cuotas pagadas
por los hogares. En concreto, los centros de la Comunidad de Madrid reciben
1.787 euros por alumno y año, un 30% más que lo que recibieron en el curso
2004/2005.
Entonces, si el centro se subvenciona
en su mayor parte con fondos públicos, ¿se ha actuado de alguna forma contra
este claro ejemplo de clasismo? Lógicamente, no. Es decir, un colegio
concertado, que recibe subvención pública por parte de la Comunidad de Madrid,
trata como apestado a medio millar de niños y niñas de su mismo pueblo y nadie
pone el grito en el cielo. Pues como mínimo, si aquí existiera algo de justicia
social, el centro Virgen de la Soledad debería perder todo tipo de
subvención pública. Sin más. Pero como lo del respeto y la tolerancia es algo
que no se lleva, esta noticia no ha tenido relevancia alguna. Es más, el
colegio concertado se ha salido con la suya, puesto que, una vez más, nadie ha
escuchado las quejas de los padres y madres afectados del San Juan Bautista. Y
lo más triste es que se está jugando con la formación de estos niños. ¿Qué
pensarán los pequeños del San Juan Bautista cuando vean y escuchen a los niños
y niñas del Virgen de la Soledad y no puedan ni acercarse a ellos? ¿Cómo se
sentirán? ¿Nadie ha pensado en eso? ¿Va a primar el “querer aparentar” de sus
padres por encima de la integración social de sus pequeños?
1 comentario:
Me gustaría que a ese colegio concertado le quitaran la subvención. Y así que luego los padres hablen de quien tiene más o menos derechos.
El problema no es de los chavales, es de la semilla de odio que tienen unos padres.
Por cierto, años atrás se han prestado colegios públicos para acometer obras en colegios concertados o colegios concertados en estado de ruina a coste cero aunque los padres seguían pagando su cuota a esos colegios.
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