Segunda parte de la entrevista al escenógrafo yeclano Paco Azorín
En esta última parte de la extensa entrevista que realicé a Paco Azorín, intento mostrar a la persona. Es decir, al Paco Azorín que hay más allá de la profesión de escenógrafo. Asimismo, es en este momento donde habla sobre Yecla, el Ayuntamiento y también donde responde a las preguntas que le lanzaron los lectores de elperiodicodeyecla.com.
1. ¿Cómo ha cambiado el escenógrafo Paco Azorín desde 1996 hasta hoy?
Creo que la evolución es diaria. En la escuela te enseñan lo que es ser un escenógrafo, ahora bien, a serlo lo aprendes tú, a base de la prueba-error. De equivocarte, de ir conociendo el trabajo de tus compañeros… Ahora me doy cuenta de qué poquito sabía cuando empecé. Y eso también me invita a pensar que dentro de diez años sabré mucho más. Es un proceso de aprendizaje continuo, pero no es algo que sólo perciba en mi profesión, sino también con mi vida en general. De la escuela se sale con un título, pero no se sabe todo.
2. Pero ya manda más que el director…
Bueno, no tanto [risas]. Pero sí notas que tienes peso, que cuando aconsejas o dices algo a alguien se te escucha. Ahora hablo de tú a tú con grandes artistas como Lluís Pasqual [afamado director de teatro catalán], con Víctor Ullate [prestigioso bailarín, coreógrafo y director de danza], y no sólo me escuchan sino que me respetan. Aunque es cierto que los artistas tienen, o tenemos, un gran ego, y siempre disimulan. Por ejemplo, yo me acerco a Víctor y le digo: “Creo que es mejor que este bailarín en vez de entrar por ahí, entrara por allí”. Y me dice: “Ah, genial, vale”. En ese momento no dice nada, pero al cabo de diez minutos le dice al bailarín: “Perdone, pruebe a salir por el otro lado del escenario”. [Risas]
3. Si le digo Carmen Portaceli, ¿qué le viene a la cabeza?
Es un matrimonio artístico. El otro día estábamos en Caracas porque estrenamos allí un montaje de Lorca y estaba cayendo una tromba de agua impresionante. Estábamos encerrados dentro del teatro y en nuestra desesperación de no poder salir nos pusimos a contar todos los montajes que habíamos hecho. Y ya vamos por el número 30 en diez años. Es una barbaridad, pero se han creado unos vínculos de complicidad muy fuertes. Esto es muy interesante en el teatro, pues no tenemos que empezar de cero. Por ejemplo, este proyecto que voy a presentar en La Zarzuela es un encargo que hago con Carles Alfaro, un director de teatro valenciano bastante conocido. No habíamos trabajado nunca juntos y este verano, por separado, nos solicitaron hacer este proyecto. Los dos conocíamos mutuamente nuestro trabajo, pero claro, nunca habíamos hecho nada los dos, por eso los primeros meses nos dedicamos casi expresamente a conocernos, pues llegar a un determinador común con la gente que trabajas es complicado. Y claro, eso es algo que con Carmen Portaceli tengo más que superado.
4. Pero aparte de escenógrafo, también ha sido director, ¿llega un momento en que se cansa de trabajar por encargo para los demás?
La escenografía siempre es un encargo. Un director quiere hacer una obra y pide a un escenógrafo que trabaje para él. Por eso decidí trabajar como director, y lo voy a hacer más. Me gusta salir al centro de la plaza, pues ser escenógrafo es como mirar los toros desde la barrera. A veces va muy bien eso de ponerse en todo el medio. Te das cuenta de quién tiene la auténtica responsabilidad de toda la función. Entonces es cuando se piensa, qué bien se está mirando desde la barrera, cuando sólo haces escenografía.
5. Buscando por Internet, he encontrado al “otro” Paco Azorín. Es un químico experto en la ouija…
Sí, me persigue. Me han pasado cosas muy surrealistas con este tema. Por ejemplo, hubo una vez que di una conferencia y cuando me presentaron, la mitad de los datos biográficos eran míos y la otra mitad, suyos. Decían que si hacía la ouija, que si era un experto en fenómenos del más allá… Y cuando me dieron la palabra tuve que desmentir todo lo que habían dicho… Me consuela que a él también le debe perseguir mi Paco Azorín.
6. Algún libro que le haya impactado…
Yo soy muy devorador de libros. Te diría el último. Estoy leyendo Los cipreses creen en Dios de José María Gironella. Es una crónica de los años precedentes a la Guerra Civil y que explica muy bien todo lo que pasó y por qué pasó. Te das cuenta de que el tema de las dos Españas nace mucho antes de aquella época y que todavía hoy sigue vigente. Pero es eventual que esté leyendo ese libro. A mí me gusta mucho la novela, los alemanes como Thomas Mahn, Hermann Hesse… En definitiva, casi todo lo que caiga en mis manos.
7. Una composición impactante…
Es complicado... Hay tantas… Te diría Fiestas Romanas de Ottorino Respighi. Me gusta mucho la música instrumental de principios del siglo XX.
8. Y una obra de teatro…
No quiero decir tópicos, diría Hamlet, pero vamos a ir más allá. Me gusta cualquiera que tenga mala leche. Por ejemplo, una que hice en el Centro Dramático Nacional y que se llamaba Ante la jubilación. Un señor que había sido nazi, a punto de jubilarse, después de vivir casi cuarenta años escondido, decide, el día de su cumpleaños, vestirse con el uniforme de las SS para pregonar lo bonito que era el nazismo.
9. El mejor método para llegar tan alto como has llegado…
Pues empezar por lo bajo [risas]. Hay que ser ambicioso. Eso es bueno, pues en este país, terminológicamente hablando, se confunden muchas cosas. Una cosa es ser un trepa, subir pisando para llegar arriba, y otra muy distinta es ser ambicioso. Hoy tenemos teléfono móvil porque algún ambicioso lo soñó. El hombre llega al espacio porque muchos hombres ambiciosos lo habían soñado. Por tanto, para llegar alto hay que ser ambicioso y soñar. Y yo todavía no he dejado de soñar.
10. Si le digo la palabra Iglesia, ¿qué le viene a la cabeza?
Nada. Está claro que estamos en un estado laico y aconfesional [risas]. Si me dices mezquita lo mismo que si me dices iglesia. Soy ateo, ateo de cualquier religión, no creo en ningún dios. Soy totalmente egocéntrico en el sentido del ser humano. El hombre en el centro de todo.
11. Zapatero o Rajoy
Absolutamente Zapatero. Aparte de que lo vote o no, he tenido la suerte de conocerlo en Barcelona y es una persona sensibilizada con la cultura, sensibilizada con la gente. Vamos a decir que es diferente. Es una persona que lucha y trabaja por la extensión de los derechos a cuanta más gente mejor. El otro, algo totalmente caduco. Mientras que no se reinvente, la derecha en este país…
12. Trabajar para vivir o vivir para trabajar…
En las profesiones artísticas, la frontera entre la vida profesional y la privada es muy sutil y, a veces, totalmente inexistente. En mi vida hay como dos procesos. Primero cuando estoy creando algo. Entonces no tengo ni día ni noche ni nada. Y luego cuando tengo que desarrollar ese proyecto, que es la parte más técnica y que sí puede tener horario de oficina. Por tanto, supongo que sería trabajar para vivir o, al contrario, vivir para trabajar. No lo sé [risas]
13. Cuando tiene tiempo libre, ¿a qué lo dedica? Mejor dicho, ¿tiene tiempo libre?
Como soy muy hiperactivo, también tengo tiempo libre. Y hago muchas cosas. Desde estar con mi gente, a escuchar música, a tocar el piano muy mal, a la hípica, ya que hago doma clásica…
14. Paco Azorín en tres palabras
Paco Azorín Palao [risas]. Normal, osado y creativo. Pues hay que ser creativo en todo. Hasta en la manera de levantarte por la mañana para intentar cambiar el mundo.
15. Llegamos a la parte crítica, para cerrar la entrevista. ¿Alguna vez ha sentido falta de reconocimiento por parte del Ayuntamiento o de los propios yeclanos?
No, para nada. Aunque sí que es cierto que cuando estaba el gobierno socialista, con Cristina Soriano, tenía más acercamiento. Recuerdo que pasé las pruebas de acceso al Instituto del Teatro de Barcelona con el número uno y, por ejemplo, recibí una felicitación por parte de la alcaldesa y del concejal de Cultura. Esas cosas son protocolarias. También he recibido felicitaciones de mucha gente. Por ejemplo, he de decir que recibí una felicitación del Ayuntamiento del PP en pleno cuando organicé el Festival Shakespeare. Y también tengo muy buen trato con el alcalde actual. Me siento una persona preciada. Me siento reconocido.
16. ¿Conoce la programación cultural de Yecla?
Lo siento, pero no estoy nada al día…
17. ¿Y qué pasó en el 50 aniversario de la Coronación de la Virgen? ¿Se enfadó con el trato que recibió?
Bueno, voy a contarlo tal y como pasó. No tengo ningún rencor ni ningún problema. No me gustan los pueblos, yo he decidido vivir en Barcelona y vivo bien y en Yecla tengo, nada más y nada menos, que a mis padres, mi familia y muchos amigos. Y no tengo ningún problema con Yecla. Eso lo primero. Lo segundo, en ese momento específico, sí que hubo falta de respeto y falta de educación. No recuerdo si estaba en Madrid o Barcelona cuando recibí una llamada urgente por parte de la entonces concejala de Cultura, Concha Palao. Que fuera a Yecla, y que fuera y que fuera. Que me necesitaban. Cogí un avión en cuanto pude, llegue a Alicante, fui a toda prisa a Yecla y me metí a una reunión en la Asociación de Mayordomos donde había representantes del Ayuntamiento, de la Asociación, de la Iglesia… Me pidieron un proyecto para hacer una especie de escenario o altar para conmemorar al aire libre los cincuenta años de la Coronación. Hice un proyecto que les fascinó. Les encantó porque realmente era espectacular y bonito. Pero qué ocurrió, que parece ser que era caro. Y digo parece ser porque nunca me contestaron… Nunca recibí una llamada diciéndome si era caro o no, si lo podían o no afrontar. O, al menos, agradeciéndome el haber acudido a aquella reunión a toda prisa. Ese mínimo era mera educación. Pero ni siquiera eso.
18. Próximos proyectos que tengas en mente…
Ahora mismo estoy lleno de cosas. Por ejemplo, ahora voy a Cardiff a hacer Las bodas de Fígaro en la Ópera Nacional de Gales. Después hago Ricardo II de Shakespeare con Portaceli. Más tarde tengo La casa de Bernarda Alba en el Teatro Nacional de Cataluña y en el Teatro Español de Madrid con Lluis Pasqual y dos súper actrices como Rosa María Sardá y Nuria Espert. Después trabajaré con Pasqual en Bilbao. Más tarde aquí en el Teatro de La Zarzuela con el proyecto que presento estos días… Vamos que aunque quería un 2009 un poco más tranquilo acabo de darme cuenta de que no va a ser así [risas].