Ahí estaba yo, leyendo un interesante mail de Urdangarín al secretario de las Infantas, cuando un ojo descarriado ha ido directo a la firma del correo...
Me estoy
aficionando a El Mundo.
Ahora que se ha convertido en el medio más revolucionario de los generalistas,
azote de corruptos y farsantes, no puedo dejar de echar diariamente un
vistacillo a sus páginas. Ayer encontré lo de siempre. Un poquito de antinacionalismo
catalán, unas dosis de Amy Martin –ahora resulta que el director de la
Fundación Ideas se
acostaba con la supuesta articulista sin
saberlo- y hasta la muerte de una monja
imputada, que a pesar de haber sido más mala que un dolor, como dicen en mi
pueblo, recibía algún que otro abrazo amigo entre los comentarios de pésame que
le dedicaban.
Y entre sus páginas, una
nueva dosis del famoso Caso Nóos, que
está dejando a Urdangarín y a toda la Familia Real a la altura del betún, por
no decir metidos de lleno en el fango y con la mierda hasta el cuello. Ahí
estaba yo, leyendo un interesante mail de Urdangarín a Carlos García,
secretario de las Infantas, en el que indicaba el número de cuenta donde debía
ingresar a su esposa Cristina –hace tiempo que el don y el doña lo perdieron para
mí-, los ingresos correspondientes a sus honorarios de Zarzuela, cuando un ojo
ágil se me ha desviado y ha ido directo a la firma del correo. En ese momento,
no he podido más que soltar una carcajada y aplaudir al tendido. Apenas dos
cabezas me han mirado, el resto del bar ha seguido absorto en sus respectivos
cafés o cervezas. Qué grande Iñaki. El gran duque, firmaba sus correos como
bien reza este titular: El
duque em…Palma…do. Qué soberbio juego de palabras, más digno de Pérez
Reverte que de un ex jugador de balonmano, elevado a corrupto en apenas una
década.
Con un par. Sí señor. Me
río de todos vosotros en vuestras mismísimas narices. El duque de Palma firma
con esta supina ordinariez chabacana el correo electrónico donde expone al
secretario de las Infantas la creación de Nóos, la empresa “sin ánimo de lucro”
que ingresó más de seis millones de euros de los gobiernos balear y valenciano.
El día que se abra la veda, no se libra ni el mismísimo juancar. La que está liando el
yernísimo.
¿No les recuerda esta
forma de gobernar a la ejercida por los regímenes absolutistas de antaño? A
veces pienso que el siglo XVII está más presente que nunca y que las
corruptelas de Bárcenas, Urdangarín, Camps, Pujol jr. o la mismísima Amy Martin
no tienen nada que envidiar a los tejemanejes del duque de Lerma, que trasladó
la corte a Valladolid en 1601 porque había
comprado unos terrenitos unos meses antes que
quería revalorizar. Tan bien le salió la jugada que cinco años más tarde, la
corte volvía a Madrid después de que la corona pagara al duque una suculenta
suma por los terrenos vallisoletanos y de que la antigua capital también le
diera unos cuantos miles de maravedíes por volver a la ribera del Manzanares.
Como ven, entre duques anda el juego. Si Jesús Gil levantara la cabeza se
sorprendería de lo mucho que le quedaba por aprender.
Pero claro, por aquel
entonces se estilaba eso del régimen absolutista y todavía faltaba siglo y
medio para que los ilustrados d’Alembert y Diderot acuñaran el concepto de
“ciudadano”, con derechos y deberes incluidos, en su famosa Encyplopédie. Qué paradoja.
Hoy, cuatrocientos años y pico después de aquella perfecta estratagema corrupta
del duque de Lerma, surgen cientos de imitadores que en el peor de los casos
son imputados para, en caso de condena, ser indultados por el gobierno de
turno. Me río yo del indulto.
“Medida de gracia de carácter excepcional”, pero que cada vez es más común.
Durante los mandatos de Aznar, Zapatero y Rajoy, por ejemplo, se han producido 226
indultos de altos cargos condenados por corrupción, otros 25 de condenados
por prevariación, otros 107 de condenados por malversación y, finalmente, 16
indultos a culpables de cohecho. Pero hay más, ¿saben de cuándo es la ley que
regula los indultos? De
1870. Como lo leen. Nada más y nada menos que una ley dictada por la pluma
del general Juan Prim, mientras negociaba la subida al trono de Amadeo I de
Saboya.
Pues sí, 140 años
después, esa es la ley que permite a los gobiernos de hoy en día indultar a
quien le plazca sin tener que dar motivo alguno. Como me decía hace unos días Alejandro
Nieto, el catedrático de Derecho al que tuve la suerte de entrevistar, esto
no es más que un juego político al que los ciudadanos no podemos participar. En
los Consejos de Ministros se decide qué condenados hay que indultar. Todo queda
entre políticos. Políticos que indultan a otros, que se devuelven los favores
que los otros les hicieron antes. Y ni nos enteramos.
Después, llega un pobre
chaval como David
Reboredo, ex toxicómano vigués, que desde diciembre cumple pena siete años
de cárcel por llevar encima una papelina de heroína en 2007 y otra en 2009, sin
llegar, entre ambas, a sumar ni medio gramo. Ahora que estaba totalmente
rehabilitado, ha sido encerrado por supuesto tráfico de drogas, cuando ni
siquiera se ha demostrado que así lo hiciera. Pero claro, no es más que un ex
toxicómano. ¿Cómo va a gozar de los privilegios de políticos y banqueros
ladrones y corruptos? Pues sí, esta es la verdadera historia de España. La
novela negra que desde hace siglos nos obligan a releer una y otra vez. La
España de los elegidos y la de los repudiados.
Y mientras todo esto
ocurre, Urdangarín dice estar empalmado.
Aunque yo me pregunto, si el yernísimo se atrevía a decir estas ‘boludeces’ al
secretario de la infanta, ¿qué
no le diría el casanova de Juancar a
su amiga Corinna?
2 comentarios:
no hay un artículo tuyo que me guste...
VIVAN LAS FIESTAS DE LA VIRGEN!!!
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