La solución a los recortes y a
la pobreza extrema ha llegado: Entre Todos es el nuevo programa de TVE que
permite a los más desfavorecidos recoger las migajas que les lanzan los de
arriba
Gritos, aplausos, saltos de alegría, lágrimas de rabia. Toñi
Moreno se ha convertido en una de las personas más odiadas de la televisión.
Sí, es la presentadora de Entre Todos, un programa insultante que aparece todas
las tardes cuando sintonizas la ya de por sí vomitiva TVE. La solidaridad
convertida en espectáculo. Una madre llora desconsolada mientras pide que
alguien le pague la carrera a su hija. No se lo pide al ministro Wert ni va a
liarla a las puertas del ministerio de Educación. Ni llama a la huelga o a la
manifestación. No. Va a la tele para que la todopoderosa Toñi le arregle el
entuerto. Y, ¡oh! Milagro. Un señor llamado Carlos, que está en su casa
amasando dinero a saber de qué forma conseguido, llama a Toñi para decir que a
cambio de que la madre desconsolada le limpie una vez al mes el piso donde
vive, va a pagar la carrera de su hija. Se escuchan gritos, vivas, Toñi da una
patada al aire y su zapato sale despedido. ¡Vamos!
Me recuerda al esperpento que gira en torno de los evangelistas. A esos
súper sacerdotes que dicen dar vista a los ciegos y movilidad a los
paralíticos. ¿Cuántas veces no habrá ridiculizado Toñi y compañía a esas
personas que se dejan llevar por la supuesta magia de la fe? Pues ahora ella
está en el mismo barco. Oh, sí. Creamos en la solidaridad humana, el
hombre es bueno por naturaleza. No pidas, no reclames. Solo confía en que algún
poderoso se apiade de ti.
Me recuerda también a cuando en las clases de religión nos
enseñaban a ser caritativo, que no solidario. Me viene a la mente la imagen de
esa señora, arrugada, empobrecida, que pedía limosna a las puertas de la
Iglesia en plena Transición. Helada de frío, temblando, acurrucada tras un
ligero velo, veía cómo salían señoronas y señorones poderosos de la iglesia,
abrigados con pieles y grandes abrigos de visón. Qué bien se vive en España,
decía. Ella, que pedía a las puertas de la iglesia y que estaba muerta de frío,
no veía su pesar, sino la dicha de los demás. Y esos que salían de la Iglesia,
que acaban de recibir el cuerpo de Cristo y no sé cuántas chuflas más, se
querían sentir bien con ellos mismos, acercarse un poquito más al Reino de Dios,
y dejaban caer un par de duros en las agrietadas manos de la vieja. Buena
acción del día cumplida.
Pues sí, esta es la solidaridad que concibe la derecha, no la
que busca organización popular y lucha para exigir unos derechos. No, esa no.
Solo conciben la de la caridad, la que va de arriba abajo. No os unáis. Ve solo
y podrán ayudarte. Pero sé individual. Por eso hay que fomentar la caridad.
Olvídate de que tienes derechos, arréglate como puedas y si la vida te da la
espalda, siempre te quedará la limosna. “Ponga a un pobre en su mesa en
Navidad”, decía Berlanga en Plácido. Entre Todos
no es más que una burda continuación, pero en el siglo XXI. Con más efectos de
sonido. La solidaridad convertida en espectáculo. ¿Quieres pagar la hipoteca?
No te preocupes. Llora o ríe cuando te digamos y a lo mejor tienes suerte.
Aplaude, salta y grita. Conmueve al público. Si haces llorar al telespectador
con tu historia tendrás más opciones de que alguien se apiade de ti y te dé
esos euros que te faltan. Pero, recuerda, no reclames tus necesidades más
básicas, no estamos aquí para criticar. No uses un lenguaje político o
ideológico. No. Usa un lenguaje emotivo. Nosotros te pagaremos la silla de
ruedas o el tratamiento de tu hijo, pero no se te ocurra decir que Ana Mato se ha gastado tu dinero en globos para la fiesta de cumpleaños de su hijo. Así
que dedícate a levantar la suficiente simpatía y compasión. Porque si no lo
haces, adiós al tratamiento.
Es a lo que hemos llegado. Esta burda basura televisiva nos
vaticina un futuro donde para poder estudiar tendrás que tener un buen
patrocinador. Tendrás que ir a la universidad con una camiseta de galletas
Cuétara o con unos pantalones que patrocinen a zumos Don Simón. Y si quieres
leche y libros para tus hijos, no pienses en reclamarlo al gobierno ladrón y
corrupto. No. Tizna la cara de tus niños, hazles llorar para que se les hinchen
los mofletes y se les pongan rojos y después llévalos a Entre Todos con nuestra
amiga Toñi y el problema estará casi resuelto.
En el siglo XXI, quien cree ejercer la solidaridad, lo hace como
si de un artículo de compra y venta se tratara, que no exige ningún análisis ni
transformación alguna. No es más que un ejercicio de consumo. La solidaridad no
requiere sacrificio ni esfuerzo, pero me hace sentir bien. Más cerca del Reino
de Dios. Exploto a mis trabajadores, les robo la Seguridad Social… pero ayudo
al pobre niño que necesita unos libros para el colegio. No es más que
solidaridad puntual, reactiva, que no se prolonga en un compromiso duradero. Se
trata de un uso perverso de la compasión, que no constituye el primer paso de
un proceso pedagógico de implicación con los más desfavorecidos, sino que es un
simple reclamo de ayuda puntual. Unas lágrimas por aquí, unos aplausos por allá
y aquí tiene su ayuda. Que pase el siguiente. Y todo orquestado como si de un
circo se tratara. No hay motor alguno para el cambio social, ni siquiera para
el cambio personal de la persona afectada. Solo es ayuda puntual a cambio de
tranquilidad de conciencia. Gracias a Entre Todos, los ricos explotadores,
estafadores y ladrones pueden dormir un poquito mejor.
2 comentarios:
Hola David:
Espero que como buen periodísta que creo que eres me respondas a lo que te voy a exponer:
Sabias que este programa fue creado por la Radio Televisión Pública Andaluza, gobernada por el PSOE/IU??
Si lo sabias: por que no lo has puesto?? y si no lo sabias te podrias haber informado antes.
Espero que me respondas, de lo contrario perderas mi credibilidad, que la tienes.
Un saludo!!
Pues no lo sabía y por eso te agradezco el comentario. A veces es difícil llegar a todo cuando hay toneladas de información sobre cualquier cosa. Copio el comentario que he escrito en otro medio hablando sobre este tema:
Querido Yeclanucho, reconozco que no tenía ni idea de que existiera un programa parecido en Canal Sur. Me alegro de que me hayas pasado el enlace. De hecho, creo que Canal Sur es la televisión más casposa de España, casi al mismo nivel que TeleCirco. Y me da igual quién gobierne. Es un canal donde todo es circo y copla. Deja en muy mal lugar a Andalucía, tierra donde trabajo y a la que admiro. Pero es lo que ocurre cuando un solo partido se perpetúa en el poder. Me da igual que sea Andalucía, que Madrid, Murcia, Valencia, Extremadura o Castilla La Mancha. Más democracia y menos circo. Y este programa, se emita donde se emita, no es más que circo y del más soez e insultante.
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