Así desahucia
el Ayuntamiento de Madrid y su oficina de vivienda pública. Nunca me cansaré de
escribir y de informar sobre esta barbarie
El Gobierno dice que ya no hay desahucios. Y la ciudadanía se lo
cree. En abril de este año, al presidente Rajoy se le llenaba la boca diciendo
que su Gobierno era el primero “en legislar contra los desahucios”. Y se
quedó tan ancho. Y sus votantes le creyeron. Y muchos otros ciudadanos ajenos
al mundo real, también. Pues mira, Rajoy ha paralizado los desahucios, me
decían algunos amigos. La noticia parecía real puesto que los medios dejaron de
informar. Los desahucios no se vieron más en la televisión. Los grandes dramas
de 2012, parecían haber terminado en 2013.
Pues bien, según los datos registrados en junio, en la primera
mitad del año se habían ejecutado 19.468 desahucios, a una media de 216
diarios. De esos, 7.300 tenían como causa el impago de la hipoteca, mientras
que 11.200, de alquileres. Un drama, el de los alquileres, que se ha
multiplicado gracias a la inhumana ley del desahucio
exprés en caso de
impago aprobada por el Gobierno en junio. Y aquí entra en juego la gran
protagonista de las últimas semanas en Madrid: La Empresa Municipal de la
Vivienda y el Suelo, que está echando de sus casas a decenas de familias que no
tienen cómo pagar el alquiler social. Hace dos semanas ya informaba del desahucio de Amaya,
al que acudieron más de 100 policías.
Unos días después, el 17 de septiembre, una vecina de mi barrio,
de Carabanchel, se suicidaba tras recibir la carta de desahucio por parte de
esta oficina municipal por una deuda de 971 euros. El Ayuntamiento, en vez de
reconocer su parte de culpa en tan dramático final, ha decidido denunciar a la
Plataforma de Afectados por la Hipoteca por
atribuirle el suicidio.
Por último, hace apenas dos días, Isabel veía como más de 30 de
policías nacionales –funcionarios vendidos al poder- con maza, ariete y cizalla
en mano, reventaban la cerradura, tiraban literalmente la puerta abajo y
sacaban a todas las activistas que resistían dentro de la vivienda como si
fueran delincuentes, haciendo caso omiso de los llantos y las súplicas de la
persona afectada. Se quedaba en la calle con su marido, su hija de 8 años y sus
padres, ya muy mayores. De hecho, la anciana tuvo que abandonar la casa en
camilla. No importaba que fuera una familia en riesgo de exclusión. Ni que no
tuvieran a dónde ir. El Ayuntamiento había dictado sentencia.
El Ayuntamiento afirma que los padres de Isabel, adjudicatarios
de la vivienda al ser realojados después de que expropiaran su casa hace 24
años, y a la que ella se mudó para poder atenderles -su madre sufre trastorno
bipolar y su padre una enfermedad degenerativa-, tienen una deuda de 1.000
euros y dos viviendas en propiedad, no pudiendo así ser beneficiarios de una
vivienda pública. Isabel no reconoce la deuda que la EMVS les imputa, pues
afirma haber intentado pagarla reiteradamente resultando devueltos los recibos.
Y respecto a las viviendas, alega que una se encuentra en nuda propiedad (solo
podría usarla en caso de que fallezca el morador) y la otra está embargada,
encontrándose en caso de desamparo al estar ella y su marido en paro y no tener
alternativa habitacional alguna.
Tras leer todo esto, parecería que la EMVS es una entidad
financiera más. Sin embargo, es “una sociedad anónima con capital 100%
municipal —es decir, público— que desarrolla la política de vivienda del
Ayuntamiento de Madrid”.
Entre sus objetivos destaca el de “facilitar el acceso a la vivienda a los
sectores con mayores dificultades”. La pregunta se hace evidente: ¿Por qué una
entidad pública encargada de la política de vivienda y cuyo objetivo explícito
es proteger a los grupos más vulnerables está desahuciando? ¿Por qué emplea esa
violencia extrema? Porque hay que pagar la deuda que han generado
Gallardón y las Olimpiadas, como bien explican en este artículo los
compañeros de Kaos en la red.
No voy a escribir más, lo único que os pido es que veáis el
vídeo de abajo. Aun así, adelanto que las imágenes son muy duras y
desgarradoras. Pero esto es España. Y esto es lo que le está ocurriendo a
nuestros vecinos, en el portal de casa, aunque mucha gente prefiera ponerse la
venda delante de los ojos y hacer como si no ocurriera nada. Veréis el vídeo, a
lo sumo os indignaréis, pero ya está. Mañana será otro día y no moveréis un
dedo por cambiar tan injusta situación.
Vídeo de Jaime Alekos publicado en Periodismo Humano
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