El defensor del lector es un lector de lectores, ya que su tarea principal se debe a ellos, múltiples y diversos, partícipes de una sociedad que busca cada vez más formas de participación. Como defensor del lector debo conseguir ser un mediador entre los yeclanos y elperiodicodeyecla.com, es decir, que voy a intervenir haciendo públicas las peticiones y quejas de los ciudadanos en cuanto a la forma de elaborar la información, las secciones... Por ello, mi acción se desplegará sobre la redacción de las noticias, mostrando qué falta en el periódico según la opinión de los lectores, señalando los posibles problemas y aclarando las dudas.
¿Y cómo puedo hacer todo esto? Principalmente porque como defensor tengo que actuar autónomamente. La independencia es la condición fundamental de un defensor del lector. Por tanto, me arriesgaré públicamente con mis interpretaciones y transformaré la escena de elperiodicodeyecla.com en un debate, además de entre lectores con sus comentarios, también entre lectores y periodistas. La interpretación recoge las experiencias, contrasta los diversos puntos de vista implicados, analiza las situaciones... Como defensor contribuiré también a hacer visible lo invisible, a sacar a la luz las quejas y demandas de los lectores. Espero que entiendan que como defensor me quedo ante la soledad de mi conciencia y quizá no siempre todos estén de acuerdo conmigo...
Y por ello, como he dicho antes, necesito independencia. Un defensor tiene diversos mecanismos que salvaguardan esta autonomía: la obligación de los periodistas de remitirle todas las quejas que reciban, la comunicación directa con los lectores, en este caso, con la dirección de correo electrónico: defensorlector@elperiodicodeyecla.com; el análisis de los medios de la competencia para observar los tratamientos que se le dan a temas importantes y como no podía ser de otra forma, el seguimiento detallado de la información del propio periódico digital y de todos los comentarios. Ser independiente es la condición básica para poder así criticar al interior del medio públicamente, como también para motivar la confianza y la credibilidad de los lectores.
La información cada día se hace más exigente porque cada vez hay lectores más ávidos. Lectores que critican, que siguen con cuidado el tratamiento de las noticias; lectores exigentes que quieren ver más pluralismo, más calidad y nuevos temas. Lectores que defienden sus derechos y demandan veracidad y profundidad. Por tanto, como defensor seré el instrumento que tenga elperiodicodeyecla.com para cambiar y para estar alerta a las demandas que justamente le hacen sus lectores.
¿Y sobre qué se suele quejar un lector? Primeramente, sobre la calidad de la información. Quejas referentes a la calidad del tratamiento de las noticias, el no mezclar información con opinión, los errores que puedan producirse, la omisión de algunos temas considerados importantes o relevantes por los lectores... Otro tema de frecuente queja se refiere al pluralismo. Aquí se pueden incluir las crecientes exigencias de los lectores sobre los derechos de las minorías, desde las étnicas hasta las sexuales, las ofensas a la honra y al buen nombre de las personas, los procesos de rectificación y en general todo lo que signifique el respeto y promoción de las libertades. Una tercera categoría en cuanto a quejas y demandas está compuesta por temas que son muy sensibles. Uno es todo lo referido a la política, sobre todo en época de elecciones. La sexualidad es otro tema que provoca frecuentes polémicas, así como la seriedad del tratamiento de la información en temas que inciden sobre la vida cotidiana.
Por último, cabe destacar que el lector también ha cambiado. No hay un lector homogéneo, sino una enorme variedad de lectores: hay muchas más lectoras que antes, lectores jóvenes y mayores, de diferentes nacionalidades.... Y junto a la heterogeneidad de éstos, están los distintos modos de lectura y las diferentes relaciones entre los lectores y las noticias. Porque los motivos de los lectores son múltiples: se dirigen a los periódicos para exigir sus derechos, para contrastar la información que reciben o para denunciar sus vacíos y sus omisiones. Para tener una oportunidad de diálogo, ampliar sus conocimientos, o simplemente para conocer lo que pasa a su alrededor. Por eso el derecho a la información ha pasado a estar en un lugar muy importante para la formación de la ciudadanía. En definitiva, unas veces de forma más distendida y sarcástica, otras veces de forma más seria y rigurosa, intentaré contentar a todos y hacer de este periódico lo que ustedes, los lectores, desean.
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