Anoche acompañamos a los compas del CSO Casablanca en la concentración
de apoyo por el injusto desalojo sufrido por la mañana
Hoy, 19 de septiembre, a las 7 de la mañana, la policía ha
desalojado por la fuerza y sin previo aviso el Centro Social Okupado y
Autogestionado Casablanca, situado en la calle Santa Isabel 21-23.
Este desalojo ha sido totalmente ilegal.
Un juzgado de instrucción y la Audiencia Provincial de Madrid archivaron en
firme la causa penal que inició la propiedad del edificio. Es ilegal que se
haya abierto de nuevo esa causa y es ilegal que no nos hayan notificado la
resolución de desalojo.
En dos años y medio, Casablanca ha sido
un lugar de encuentro abierto a todas las personas del barrio de Lavapiés y de
la ciudad, así como de creación y desarrollo de conciencia política y social.
Trabajando y creando un espacio seguro y un referente de solidaridad, apoyo
mutuo, autogestión, horizontalidad, autonomía, cuidados y asamblearismo. El
centro social ha sido construido desde la convicción de que otro mundo es
posible, rechazando este sistema capitalista, corrupto y patriarcal.
En el CSOA colaboran más de 30
colectivos, desarrollando proyectos relacionados con:
Creación y pensamiento crítico:
Casablanca ha servido como espacio de encuentro a diversos grupos de trabajo y
asambleas populares de barrio, así como de movimientos estudiantiles, a través
de infinidad de charlas, jornadas de aprendizaje, de empoderamiento y de
denuncia social.
Educación: un proyecto para la
convivencia y aprendizaje libre con niñas y niños de dos a seis años
(“Tartaruga”), un proyecto de cooperación entre padres y madres para el cuidado
de bebés menores de un año (“Casa común”), un proyecto de enseñanza de español
para migrantes (“La Biblio”), talleres de lectura, un proyecto de gestión de
préstamo de los más de 10.000 libros donados popularmente durante el campamento
de Sol e intercambio de libros de texto, en el que más de 200 personas en
situaciones de necesidad participaban cada miércoles (“BiblioSol”), el Archivo
físico de Sol…
El autoaprendizaje, como alternativa al
modelo de consumo: un taller de costura, de construcción, de reparación de bicicletas,
de serigrafía, de revelado fotográfico (“Revelarte”), de informática...
El arte, la cultura y el cuidado
personal: talleres de teatro (“Tombuctú”, “Impro de teatro” ), de baile
(“Laboratorio de danza”), de yoga, de cultura queer (“Taller de Tango Queer”),
de swing, de hip-hop, cine (Cinema Casablanca)...
El desarrollo social: un proyecto de
apoyo entre personas seropositivas (“Crítica VIH Madrid”), una oficina de ayuda
legal a colectivos migrantes, varios grupos de mujeres, la Oficina de Okupación
de Madrid, grupo de teatro de denuncia social (“Distopía”),...
Las alternativas al modelo de consumo:
tienda gratis, grupos de consumo (“Tomarte Rojo”, “BAH”), huerto urbano,
comedor vegano, taller de bicis...
Sería imposible nombrar a todas las
personas y colectivos que han pasado por aquí en estos dos años y medio.
Todo esto ha tenido lugar en un inmueble
cerrado, propiedad de la constructora Monteverde S.L., que compró lo que era un
colegio para convertirlo en viviendas de lujo. Pero llegó el estallido de la
burbuja inmobiliaria y la crisis y fueron incapaces de seguir especulando con
el mismo, quedando el edificio cerrado durante más de tres años. Esta empresa,
implicada en procesos de corrupción (Operación Malaya II), forma parte de los
verdaderos responsables del actual contexto político-económico. Por ello, el
proyecto de Casablanca tiene la legitimidad de la que ellos carecen.
La línea política de Casablanca, que ha
venido trabajándose desde hace años en La Escoba (2006), La Alarma (2007),
Malaya (2008) y La Mácula (2009), se ha desarrollado, se ha transformado y
sigue siendo hoy un proyecto político y en lucha. Esta línea siempre ha creído
y trabajado en el desarrollo y articulación de redes fuera del sistema
mercantilista. Creemos en el trabajo colectivo cómo medio de consecución de
autogestión de nuestra vida y en el apoyo mutuo. Defendemos el modelo de
cooperación cómo alternativa al modelo de competencia y pensamos continuar en
la lucha.
Somos conscientes de que este desalojo no
ha sido casual. Es producto de un proceso de represión creciente amparado en
los dispositivos del miedo, estrechamente relacionado con los últimos
llamamientos a la desobediencia civil en demanda de la recuperación de la
soberanía popular. En este contexto, el desalojo de Casablanca hoy forma parte
de la estrategia con las que las élites de poder económico y político afrontan
una nueva etapa de la movilización social. Quienes queremos construir una
realidad diferente hemos pasado de una posición de resistencia a una de confrontación
directa, de la que el 25S supone el punto de inflexión. Si hemos llegado aquí
es porque llevamos muchos meses trabajando, intercambiando, conociéndonos,
luchando; hemos dejado de ser gentes y colectivos fragmentados. Por ello este
centro social ha sido uno de los espacios en que esto ha tenido lugar, pero el
desalojo no significa el fin de lo que hay.
Un desalojo, otra okupación.
Asamblea del CSOA Casablanca
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