9 de enero de 2012

¡La Osera de Usera resiste!

“La Utopía está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se desplaza diez pasos más allá. ¿Entonces, para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar”
Eduardo Galeano

La Osera de Usera no se cierra. Ese fue el lema más comentado ayer por los cientos de personas que durante toda la mañana acompañaron a los vecinos y vecinas de este barrio del sur de Madrid (y donde pasé los primeros tres años que estuve en la capital) para apoyar la apertura de este nuevo centro social. 

La historia de la Osera se remonta a 1992. En ese año, los vecinos del barrio de Almendrales, en el distrito de Usera, esperaban con emoción la construcción del Centro Cívico-Cultural proyectado en la remodelación del barrio de 1987. Las obras se iniciaron ese año olímpico, pero en 1995, y por circunstancias que se desconocen, el proyecto se estancó y la obra se paró sin que ni el Ayuntamiento ni el IVIMA (Instituto de Vivienda de la Comunidad de Madrid) dieran un por qué.

Hasta 30 cm. de excrementos encontraron en el edificio
Desde entonces han pasado 17 años. Pero hace tres meses, los vecinos y vecinas de este olvidado barrio madrileño decidieron ponerse manos a la obra para liberar este espacio público y dotar así al distrito del centro cultural que se le prometió años atrás. Durante semanas, decenas de personas trabajaron insistentemente para retirar kilos y kilos de escombro y excrementos, consiguiendo dejar el edificio en perfectas condiciones para el uso y disfrute de las personas que así lo deseen. Los propios vecinos y vecinas, con sus manos y sus recursos, enyesaron el local, lo pintaron y hasta completaron una instalación eléctrica que, gracias a un generador, da luz a todo el complejo.

Hace una semana, La Osera abrió sus puertas y comenzó a ofrecer cursos y talleres gratuitos a todos los habitantes del barrio. El proyecto asambleario, horizontal y ecológico, da cabida a quien esté interesado en aportar algo. Durante los primeros días ha habido talleres de danza y hasta de japonés. Además, se ha abierto una biblioteca que ya cuenta con varios centenares de libros. Para esta semana, los vecinos y vecinas se han puesto las pilas y han organizado ya talleres gratuitos de fotografía, de ganchillo, de iniciación a la coeducación, de formación en discapacidad, de malabares, sin olvidar el reiki, la meditación y hasta el videofórum.

Día de la inauguración del CSCA "La Osera"
Hasta aquí, todo perfecto. Un barrio olvidado que se pasa a la acción tras 17 años de abandono y reabre un teatro público cerrado e inacabado para devolverlo de nuevo a la vida cultural de la zona. Pero, casualidades de la vida, hace unos días el IVIMA, que había permitido durante casi dos décadas que ese edificio se derrumbara poco a poco, envió una carta al centro para exigir su desalojo. Pero, ¿por qué?, se preguntaban ayer todos los vecinos del barrio que se acercaron al edificio. “Estamos combatiendo la crisis con iniciativas autogestionadas”, explicaban en la rueda de prensa que ofrecieron en La Osera para denunciar esta injusticia.

Porque ya es hora de que los ciudadanos dejen de ver la “okupación” de forma tan distorsionada. Estas liberaciones de espacios cerrados y olvidados, con los que la administración solo pretende especular, demuestran la inteligencia de la gente. La ocupación no es más que una denuncia pública a la especulación que se está produciendo. Y, aunque no sea legal, no hay duda de que es una opción totalmente legítima. No se hace daño a nadie y se da un servicio importante a los ciudadanos, ¿dónde está el problema? Dirán, en la propiedad privada. Sí, pero este “derecho” desaparece en el momento en que ayuntamientos y empresas deciden saltarse a la torera la propia Constitución Española, que en su artículo 47 dice lo siguiente: “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos.”

Por tanto, si el IVIMA y la Comunidad de Madrid deciden enviar a los antidisturbios para desalojar un edificio que durante tres meses los vecinos y vecinas del distrito de Usera han rehabilitado para ofrecerlo para uso y disfrute de todos y todas, yo estaré allí para intentar evitarlo. Porque ayer, en el acto convocado en apoyo de La Osera había niños, jóvenes, adultos y ancianos. Estaban los presidentes de todas las asociaciones de vecinos del barrio y el pensamiento fue generalizado: “Si en 17 años el IVIMA ha consentido que este lugar se convierta en una escombrera ilegal y en un palomar anexo a un centro de salud, ¿cómo vamos a permitir que lo vuelva a cerrar?”.

Durante tres meses han trabajado muy duro y a contrarreloj para desescombrar, limpiar y habilitar el centro. Trabajo voluntario y desinteresado, apoyado con decenas de aportaciones y donaciones de material. Lo único que han hecho estos ciudadanos es dar cumplimiento con su propio esfuerzo a lo que se les prometió hace casi dos décadas. Es ahí donde se percibe la ilusión de este barrio que durante años ha estado olvidado por la administración pública que, casualmente, ahora parece acordarse de nuevo. Los vecinos y vecinas de Usera están poniendo en práctica nuevas formas de relación y producción no mercantilistas, actuando de forma solidaria y sin pensar en el dinero. ¿Y saben qué? Está funcionando a la perfección.

La Osera está dando cobertura a las actividades socio-culturales, formativas y artísticas del barrio, y también a iniciativas que contribuyen al cambio social y a la integración en el distrito. Por eso, no vamos a permitir este desalojo, al igual que no permitiremos, en caso de que se produzcan, los de los nuevos centros sociales que han surgido en Madrid: El Eko en mi barrio, Carabanchel, y la Salamankesa en el distrito de Salamanca. Ha llegado el momento de actuar contra la especulación. No os preocupéis compañeros: ¡La Osera resiste!

Fotos: fotograccion
La Osera en Facebook y Twitter 
 

7 comentarios:

Bastiat dijo...

Me podrías interpretar lo que el dichoso artículo 47 de la Constitución Española quiere decir según tú.

Porque aparte de un brindis al sol no creo que justifique para nada, ni mucho menos legitime la ocupación de espacios ni públicos ni privados, sobre todo porque los espacios públicos no son de “una parte de la comunidad”, la que lo ocupa, sino de todos y se encarga su gestión a aquellos que han sido elegidos democráticamente por el Todos.

El Acantilado dijo...

Bravo por esta okupación. Estoy absolutamente de acuerdo con lo que hacéis. El fenómeno okupa nació en Amsterdam hace la tira de años para denunciar precisamente la falta de espacios frente a los locales y viviendas desocupadas. Allí continúa la especulación, pero a nadie se le ocurre dejar un piso vacío !!!

David Val Palao dijo...

El artículo 47 dice que la administración pública luchará contra la especulación... Con eso basta, pues han sido los primeros especuladores. Pero si es preferible dejar este espacio cerrado y siendo un nido de ratas y escombros, allá tú. Creo que tenemos una visión de la realidad muy distorsionada. Mi voto no significa manga ancha sl político de turno. El tuyo sí?

David Val Palao dijo...

Además, como bien dices, este espacio es de todos, no del político de turno que juega con él como si fuera el Monopoly. Así que ve, participa y propón. Pues es tan tuyo como mío.

Bastiat dijo...

Es que a mí la especulación no me parece en sí mala. La especulación en sentido estricto es comprar algo cuando los precios bajan con la esperanza de poder vender cuando suban. Para ello en el momento en el que compran logran frenar en cierta medida la caída de precios puesto que si nadie compra a esos precios éstos seguirían bajando. Y si se vende cuando suben, si nadie vende en el momento en el que suben, los precios subirían aún más. Y eso se hace con “la esperanza” no con la certeza, es decir, asumiendo un riesgo individual al hacer esas compras. Eso es la dinámica natural de los precios en un mercado libre.

Otra cosa es que haya regulaciones que estrangulen ese mercado libre de manera que haya suelo que esté a disposición del poder político en virtud de ideología que entiende que ha de haber suelo “de todos”. Son aquellos que creen en ello los que les dan un voto en blanco a quienes han de gestionar eso que es de todos. No que tu voto implique necesariamente un voto en blanco para esto o para lo otro. Dentro del sistema democrático, que precisa reglas para asegurar el estado de derecho, el imperio de la ley, ha dictaminado el cómo se gestiona eso que se denomina bien público. Puede no gustarte pero lo cierto es que se está llevando a cabo una acción ilegal. Fuera de la ley.

Ilegitima puesto que se está usando algo que es de todos, por unos cuantos, de manera contraria a la ley.

Y eso que digo es la realidad. No distorsionada. O al menos no la creo distorsionada desde mi punto de vista. De todas formas, si vengo aquí es para tratar de confrontar visiones distintas sobre los distintos asuntos que puedas proponer y aquellos que a la luz de los mismos pueda, en mi caso, en este caso, proponer yo con tu permiso, claro está. Sin ir más lejos te he comentado lo de la especulación que es a lo único que te has referido del dicho so artículo 47.

Anónimo dijo...

Referente a lo que dice Bastiat, comentar que si, el espacio es de publico y pertenece a todxs, y por eso se ha okupado. Para que sea de todxs y no inmueble abandonado durante otros 17 años mas. La institucion que gestiona lo que iba a ser un Centro Civico lleva mas de 17 años sin hacer nada para acabar las obras que un dia comenzo. Este centro era fruto del acuerdo firmado con los vecinos del barrio Almendrales, a los cuales expropiaron sus casitas con la promesa de dotar al barrio de un equipamiento comparable al del resto de la ciudad. Y seguimos esperando.
NO QUEREMOS SEGUIR SIENDO VICTIMAS DE LA DESIDIA POLITICA Y DE LOS INTERESES DE CIERTOS PARTIDOS.
OKUPEMOS LO QUE ES NUESTRO!!!!!!!!!

Bastiat dijo...

Sr. Anónimo, creo que no ha entendido lo que le he comentado a David.

Lo cierto y verdad es que ese espacio es público en virtud de decisiones políticas, y si al parecer hay expropiaciones de por medio, lo que hay que hacer es, en todo caso cumplir la ley.

Primer punto. Si el espacio es público, pertenece a todos, pero eso no justifica la ocupación. Lo público es público en virtud de las leyes que nos hemos dado y la gestión de lo público corresponde a quienes las leyes lo dictaminan y conforme al criterio de quienes las leyes dictaminan. Por tanto la ocupación es ilegal e ilegítima.

Segundo punto. El que un inmueble esté desocupado por 17 o170 años no justifica tampoco la ocupación, en ningún caso. Si lo es injustificable en cuanto a bienes privados no lo es menos en el caso de los públicos por lo anteriormente expuesto.

Tercero, si la propiedad pública lo es en virtud de una expropiación, y como toda expropiación ha de ir acompañada de la causa social por la que se expropia y para la que se expropia y nada más, lo cierto y verdad es que, en todo caso, serían los antiguos propietarios los que tendrían derecho a reclamar o bien la ejecución de lo prometido y causa de su expropiación o, en caso de no cumplirse, reclamar el reintegro de las propiedades a sus antiguos dueños..... Nunca se justificaría la ocupación tampoco con esa excusa.

Y por último. Dices que se ocupa para que sea de todos. Falso de toda falsedad. Yo no podría hacer allí lo que a mí me diera la gana. En todo caso, siempre, sería aquello que la mayoría de los ocupantes dictaminaras, es decir, se impondría por la fuerza lo que sí y lo que no se podría hacer. Por la fuerza de la mayoría o de los más violentos puesto que la ocupación en si ya es un acto de violencia contra la propiedad. En el segundo caso inaceptable en todo caso. En el primero, por la fuerza de la mayoría, sería imponer dentro de un espacio público, de todos, pero de todos los madrileños, una mayoría que en nada representa a esa mayoría de madrileños porque la ley establece el cómo y el cuándo y por el quién se usaran los bienes públicos.

Así que, en ningún caso está justificada la ocupación.

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