
Ante los múltiples problemas de seguridad de esta central, la Plataforma Tanquem Cofrents y Greenpeace pidieron al Gobierno que no renovara su premiso de explotación, que vencía el 20 de marzo, pero nadie les hizo caso. El 10 de marzo, víspera del fuerte terremoto que ha dejado fuera de control la central japonesa de Fukushima, el Gobierno renovó la licencia de la planta de Cofrentes , que seguirá funcionando hasta 2021.
Los informes elaborados por esta plataforma con el objetivo de cerrar la obsoleta central nuclear de Cofrentes se elaboraron a partir de documentos del Consejo de Seguridad Nuclear, Red Eléctrica Española y del Instituto de Investigaciones Tecnológicas de la Universidad Pontifica de Comillas. Además de los fallos de seguridad anteriormente mencionados, se revela que la central ha tenido que declarar desde 2007 seis prealertas de emergencia por motivos técnicos, cinco de ellas en los últimos tres años y causadas por el fallo reiterado de las válvulas de alivio y de seguridad del circuito primario, por donde circula agua a presión altamente radiactiva.
Las organizaciones consideran especialmente grave que los trabajadores de la central nuclear de Cofrentes reciben dosis radiactivas anormalmente altas en los procesos de recarga del combustible nuclear. En el caso del personal de contrata es entre un 136% y un 212% superior a las de las demás centrales, y en los trabajadores de plantilla y de contrata suponen entre un 143% y un 218% superior. Esta anómala situación ha sido expuesta en los informes del CSN ante el Congreso de los Diputados y el Senado. Estas dosis colectivas llegan a ser en Cofrentes de 2.500 miliSievert-persona, el triple de las que se suelen producir en otras centrales nucleares.
Funcionamiento inestable

En sus ahora 27 años de vida, la central ha padecido una larga serie de fallos y problemas de seguridad sin resolver que evidencian, por un lado, el envejecimiento y el agotamiento de la vida útil de la planta nuclear de Cofrentes y, por otro, la pérdida de cultura de seguridad. En suma, demuestran que existe un riesgo cada vez más alto de que se produzca un accidente nuclear en esta central.
Además, como es inherente a todas las centrales nucleares, Cofrentes causa un serio impacto medioambiental y en la salud pública; a través del vertido rutinario de efluentes gaseosos y líquidos que contamina con radiactividad el aire y el agua del río Júcar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario