9 de abril de 2011

Cosmopoética, donde la poesía tiene la palabra

No he abandonado el blog. Lo prometo. Pero estoy viviendo una de las semanas más intensas del año. Cosmopoética convierte a Córdoba en poesía eterna. Versos, música, exposiciones, cultura. Recitales, debates, lectura... y calor, mucho calor. La ciudad de la Mezquita, cuna de grandes poetas como Góngora o Juan Bernier, acoge estos días a verdaderos genios de la poesía, a maestros capaces de crear nuevos mundos con la palabra.

Y cuando una ciudad apuesta por la cultura, los medios de comunicación saben responder. De ahí que desde hace una semana, apenas haya dormido. Por aquí han pasado, y todavía siguen, algunos de los nombres más conocidos del periodismo cultural. Desde Carlos del Amor a Javier Rodríguez Marcos, pero sin olvidar a Paula Corroto, Sergio C. Fanjul, Antonio Lucas o Julio Valverde, que gracias a El Ojo Crítico, propagó los versos a través de las ondas. A todos infinitas gracias.

Pero, sin duda, estos días que mañana acaban, me han servido para reencontrarme de nuevo con la poesía. Y para conocer a verdaderas referencias mundiales de este género. He podido escuchar a poetas como Ledo Ivo (Brasil, 1924), “la estrella del festival”, según otro de los grandes aquí convocados, el holandés Cees Nooteboom, nombre común entre los candidatos al Nobel de Literatura. O descubrir la sensualidad en los versos de Maram al Masri, una poeta siria a la que su país da la espalda. Su poesía íntima, sensual y reivindicativa no supera la censura del tumultuoso país sunita.

Charles Simic (Foto: Rafa Madero - Público)
Pero hay más. Porque a los consagrados se unen jóvenes emergentes. El amor, el desamor, la identidad, la soledad... Berta García Faet (Valencia, 1988) no quiere blog. Con tres poemarios publicados y el cuarto ya en talleres, Berta sigue creciendo en el género. Tanto que rechaza darme su blog. “No me gusta mucho lo que tengo ahí”. Está bien, descubriré lo nuevo.

La vida de Pablo. ¿Qué? Os preguntaréis. La lectura obligada de este mes. El libro de Carlos Pardo, poeta y coordinador de Cosmopoética, que en apenas unas semanas ha agotado su primera edición.  No la he comprado todavía. Lo haré en Madrid. En la librería del Círculo de Lectores, pues ahí trabaja Pardo. ¿Cómo se sentirá el autor que vende su obra? Ya os lo contaré.

Pero hay más. Mucho más. La galantería del americano Charles Simic, poeta directo y premio Pulitzer; el misticismo de Fabián Casas, un argentino que visita España por primera vez y que en perfecta armonía pasea por las empedradas calles de la judería junto a su esposa y el cochecito de su hija. Cuando lees su biografía te sorprendes al comprobar que quien ha compartido cerveza y experiencias contigo ha sido aplaudido y traducido por todo el mundo.

Y, cómo no, Alessandro Baricco (en la primera foto). No pudo estar más que unas horas, pero tuve la suerte de estar presente en la entrevista que ofreció a Antonio Lucas de El Mundo, y que espero pronto publique. El periodista y escritor italiano, autor de la premiadísima Seda, me regaló, además de consejos, conocimientos y sabiduría, su última novela, Emaús.

Carlos Mestre y Ledo Ivo (Foto: El País)
Todavía queda. La sensiblería de Neuman, la magia de Juan Carlos Mestre, que consigue que su voz se convierta en verso; la reivindicativa Fatena Al-Gurra, palestina perseguida por Hamás o la pasión crítica de la jovencísima Odile L’Autremonde (Madrid, 1992). Todos y cada uno de los más de 50 poetas consagrados que están por aquí tienen mucho que enseñar. Y Córdoba lo sabe. El apoyo ha sido masivo. La poesía está viva. Y Cosmopoética la ha puesto de moda. La ha sacado a las calles. La ha regalado a la gente. Y mañana, Caballero Bonald. Broche de oro a la semana, junto al merecidísimo Premio de la Crítica que hace apenas unas horas ha sido concedido a Juana Castro, poetisa cordobesa y participante en esta edición.

Cosmopoética se acaba. Pero los versos se mantienen. Seguirán adornando calles y balcones. Seguirán dando voz cuando no se sepa qué decir. Seguirán dando respuesta cuando no las haya. Durante semanas, niños y mayores han saboreado los versos más inesperados. Institutos, universidades, centros culturales y hasta la prisión. No hay muro que no atraviese un poema. Ni corazón que deje impasible. Mañana vuelvo a la realidad.




El Ojo Crítico de RNE nos acompañó ayer, ¿quieres escucharlo? 


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