28 de marzo de 2011

'La Pasión de Cristo' emociona a los yeclanos

Emotivo y grandioso. Sin duda, los dos adjetivos que mejor pueden describir lo vivido ayer por la tarde en la Feria del Mueble. Más de 550 espectadores, algunos incluso de pie porque su único afán era poder estar presente, disfrutaron de uno de los conciertos más espectaculares ofrecidos por la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla. A las 19:00 horas, decenas de personas se agolpaban junto a las puertas de la Feria del Mueble como si de un concierto de rock se tratara. 

Dentro, los músicos apuraban los últimos minutos con tensión. Todos, con su director Ángel Hernández a la cabeza, querían demostrar a los ciudadanos que la calidad de esta agrupación sigue creciendo sin control. Si en 2007 nos empezaron a sorprender en el Palau de la Música de Valencia, en 2009 nos apasionaron en Italia y en 2010 se encumbraron en Tarragona, ayer 27 marzo de 2011 demostraron a todos los espectadores que se agolparon en el recinto que la música en Yecla vive el mejor momento de su historia.

El concierto se anunciaba con un nombre dramático: La Pasión de Cristo. Todos los que estábamos allí sabíamos que un cúmulo de emociones iba a recorrer nuestro cuerpo con una obra tan envolvente e intensa. La actuación arrancó pausada, con la aterciopelada voz de Miguel Ángel Puche como protagonista y que, como un músico más, se entremezclaba con la cuerda de clarinetes. Las primeras notas de Give us this daycomenzaron a llenar el amplio espacio de la Feria del Mueble. Tras esta soberbia interpretación, los que estábamos allí nos sentíamos embriagados de la paz budista a la que hace referencia la obra. Porque el futuro de nuestro planeta sólo es posible si los individuos llegamos a ser profundamente conscientes de nosotros mismos y de nuestra conexión con la realidad.

Después, llegó el gran momento. La Pasión de Cristo, del compositor valenciano Ferrer Ferrán, se abrió camino y dejó estático al público. Su fuerza, su garra y su emotividad a raudales caló pronto en los espectadores que, guiados por la relajante voz de Miguel Ángel Puche, siguieron atónitos el duro peregrinaje de la vida de Jesucristo. Desde su nacimiento, representado con dulces acordes, hasta su cruenta muerte, donde en magnífica explosión, la Banda consiguió arrancar las lágrimas a muchos de los presentes. 


Pero hubo muchos más capítulos de la vida del Mesías representados en esta magistral sinfonía, como el sacrificio de los inocentes ordenado por Herodes o el Batuismo con Juan; también las Tres Tentaciones y la captura de Jesús tras la traición de Judas Iscariote. Además, la música, grandiosa y magnánima, realista y conmovedora, creció todavía más gracias a las imágenes que acompañaron a la obra, pequeños fragmentos de la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson, que todavía dieron más fuerza e intensidad a la ya de por sí acogedora composición.


Cuando estalló el final, en sonoro acorde, con Cristo Resucitado en las imágenes, el público no pudo esperar más. En pie, exaltados, algunos visiblemente emocionados, los más de 500 asistentes dedicaron un prolongado y caluroso aplauso a unos músicos que sonrientes y sudorosos tras el magnífico esfuerzo, se mostraban totalmente satisfechos por lo que acababan de hacer. El director, casi saltando en la tarima, henchido de orgullo, les mostraba el pulgar en signo de aprobación y les invitaba a levantarse para agradecer la sonora felicitación. 


Tal fue el aplauso, que Ángel Hernández dedicó a los asistentes La Madrugá, una recogida marcha de procesión del compositor Abel Moreno, que todavía emocionó más al público. Y volvieron los aplausos, así que el director volvió al escenario y propuso un segundo bis. En esta ocasión, la obra elegida fue Caridad del Guadalquivir, una de las marchas que más gusta de la Semana Santa yeclana, tanto que, nada más escuchar los primeros compases fue atronadoramente aplaudida por los asistentes en señal de agradecimiento.


Al final, el público, de nuevo en pie, volvió a ovacionar a unos músicos entregados. La fusión entre la banda y los espectadores llegó a su máxima expresión. Muchos de los presentes salían realmente sorprendidos porque era la primera vez que escuchaban a la Banda. Sin duda, estos músicos han conseguido elevar la cultura de nuestra ciudad a altares otrora insospechados. Lo que ayer se pudo ver en la Feria del Mueble fue un espectáculo con mayúsculas, donde la música fue capaz de despertar las más profundas emociones en un público ensimismado. Una vez más, la música demostró que no sabe de ideologías ni de fronteras... ni de creencias. La música une, engrandece, abraza. Por enésima vez, este grupo de personas demostró que la música no hay que entenderla, sino sentirla. Y sí, gracias a ellos, fuimos capaces de sentir, de vibrar e incluso de llorar con el cruento devenir de Jesús de Nazaret.

 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buenos días.
La verdad es que fue un concierto espectacular pero esto es un trabajo diario que realizan un grupo de personas que tienes como fin el estar juntos y hacer buena música. Un música que deleita, apasiona, conmueve y hace aflorar los sentimientos que se llevan dentro. Aunque hay que destacar a gente como tú, que gracias a sus trabajo periodistico y divulgativo de la asociación hace que llegue a los más recónditos lugares. Un saludo David y nos vemos pronto, fue un placer compartir contigo ese concierto. Emilius

Anónimo dijo...

Concierto grandioso, impactante, magistral, emotivo, sentido, fabuloso... indescriptible. Una vez más la banda de Yecla dejó patente su buen hacer, su profesionalidad fruto de tanto trabajo oculto y, a veces, poco recompensado. Pero más de quinientas personas estuvimos allí vibrando con ellos, sitiendo con ellos, emocionándonos con ellos, porque la música consiguió unirnos en un solo sentir. Gracias a la Banda, gracias a su director, Ángel, y gracias a ti, David, por difundir este trabajo tan maravilloso.

chipi dijo...

¡¡¡con decir que hasta a mi me gustó,jajaja!!!

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